Annabella Folgar Bonilla

“Esas son las mujeres de la Cruz Roja que contribuyen a mejorar la vida de los más vulnerables, de los más necesitados de aquellos que lo único que les queda es la esperanza de que una mano solidaria les brinde ayuda con respeto y dignidad”. Annabella (Folgar, 2012)

Doña Annabella Folgar Bonilla, nace en la ciudad de Guatemala el 4 de agosto de 1955. Hija de padres que llevaron en su sangre una cultura de solidaridad y servicio voluntario en apoyo a las personas que más lo necesitan, Doña Annabella trae en su humanidad el Servicio Voluntario, la Solidaridad y el Respeto a la Dignidad Humana.

Como producto de su Visión de servicio voluntario y vocación encuentra la Institución ideal para desarrollar este talento, habiendo sido este encuentro de la manera siguiente:

Hace varios años, el destino hace que su hijo pequeño, sufra un accidente, por lo que de inmediato lo lleva a la Cruz Roja Guatemalteca.  Fue allí en donde se contagió del empeño, dedicación e interés que las Damas Voluntarias ponían de manifiesto al atender cualquier emergencia.

A partir de ese momento, se inquietó por estar siempre al pendiente de las actividades que realizaba esta Benemérita Institución, colaborando en todo momento en las diferentes actividades que se llevaban a cabo, dentro de sus posibilidades como madre y esposa.

Luego que Cruz Roja Guatemalteca atravesara molestos incidentes que produjeron el cierre de sus puertas, altruistas personajes de nuestra sociedad hicieron todos los trámites necesarios para que ésta volviera a reabrir sus puertas al público.

Consecuentemente, se abre una Institución con todo tipo de deficiencias que obligaron a propios y extraños, a rendirse ante la imposibilidad de agenciarse de fondos para levantarla nuevamente.

Fue entonces cuando varios Miembros de la Junta Directiva de esa época, que trabajaron arduamente para la reapertura de la Cruz Roja Guatemalteca, consideraron que podrían trabajar armoniosa e integralmente como un verdadero equipo en pro de la población más necesitada, por lo que invitaron a participar en este Movimiento a Doña Annabella, ingresando como Voluntaria, sin ocupar ningún cargo Directivo o similar.

Durante sus primeros tres años de permanencia, Doña Annabella se preocupó por dar a conocer los Principios Fundamentales que rigen el Movimiento Internacional de la Cruz Roja, dedicándose a buscar entre familiares y amigos, a aquellos que quisieran involucrarse en los objetivos Institucionales que se tenían propuestos.  De igual forma, sale a la búsqueda de Jóvenes Voluntarios a través de visitas a los diferentes Centros educativos mediante Programas de Orientación Sexual y Salud Preventiva, entre otros.

Una vez creado el Comité de Damas Voluntarias de la Cruz Roja Guatemalteca, actualmente está integrado por Damas de los diferentes estratos sociales de Guatemala.   Doña Annabella, como Miembro Directivo de ese Comité, inicia su recorrido por todo el país, ayudando a crear los Comités de Damas Voluntarias de las Delegaciones, en cuatro años de gestión, le permitieron ayudar a la creación de diecisiete Comités.

 De esta manera ingresa a la Cruz Roja Guatemalteca el 1 de junio de 1995, formado parte del Cuerpo de Damas Voluntarias, involucrándose cada día más y más en la vida Asociativa de la Cruz Roja Guatemalteca.

Hoy en día, además de ser la Presidenta del Consejo Nacional de Cruz Roja Guatemalteca, ha ocupado diferentes cargos dentro de la misma, así como la realización de actividades especifica que han marcado un giro significativo de la Institución, a lo largo de más de 20 años de Servicio Voluntario continuo, tales como:

• Dama Voluntaria.
• Vice Presidenta del Comité de Damas Voluntarias.
• Presidenta del Comité de Damas de la Sede Central de Guatemala.
• Presidenta Nacional del Cuerpo de Damas Voluntarias.
• Incorporación de la mujer Indígena en los Comités de Damas.
• Vocal IV del Consejo Directivo Nacional.
• Vice Presidenta del Consejo Directivo Nacional.
• Primera Mujer electa en un Consejo Directivo Nacional.
• Fundadora de la Delegación Guatemala.
• Presidenta del Consejo Nacional, desde mayo 2003.
• Primera Mujer Presidenta, en 95 años de existencia de Cruz Roja Guatemalteca.
• Miembro de la Junta de Gobierno de la Federación Internacional de Cruz Roja y de la Media Luna Roja del 2009 al 2017.
• Presidenta del Comité Regional Interamericano –CORI- en marzo 2012 a marzo 2015.

“Sin duda alguna, toda mujer encuentra en esta Institución su propio lugar, su habilidad preferida, su puesto, su oportunidad, porque sencillamente las actividades de esta Institución son tan suyas, tan adecuadas y justas al instinto materno, a su disposición de amar, a su fuente de ternura, a sus virtudes dormidas, en fin, a todo lo que atesora el alma femenina hecha de amor”. -Annabella (Folgar, 2012)

En reconocimiento a su dedicación y trabajo Doña Annabella ha recibió las siguientes distinciones:

• Reconocida como la Mejor Voluntaria del Mundo por su Majestad la Reina Sofía de España, otorgándole una medalla el 8 de mayo de 2005, en conmemoración del Día Internacional de la Cruz Roja.
• Reconocimiento por su invaluable servicio durante la emergencia del Huracán Katrina, otorgado por la Cruz Roja Americana.
• Reconocimiento por su apoyo incondicional en al VII jornada de labio leporino y paladar hendido, otorgado por la Dirección del Centro Médico Militar.
• Declaratoria de visitante distinguida de Miami-Date County, Florida, Estados Unidos de América.
• Reconocimiento a su dedicación y lealtad puesta al servicio de los ideales y ejecutorias de la Cruz Roja, otorgada por la Cruz Roja Venezolana.
• Medalla de honor de la Cruz Roja, otorgado por la Cruz Roja Dominicana
• Honor de recibir de la Manos de las Altezas los Príncipes de Asturias, la Medalla de Oro de la Cruz Roja Española, por los programas de prevención de violencia.
• Orden Cruz Roja Guatemalteca en el grado de Suma Excelencia.

“Como muchas mujeres que formamos parte de la Cruz Roja y nos sentimos orgullosas de nuestra contribución, existen un similar número de voluntarios y funcionarios, que representan al género masculino, y son complemento lógico para que nuestra labor llegue a todas las esferas, culturas y creencias. Juntos, hombres y mujeres hacemos que una Institución humanitaria, imparcial, neutral, independiente, universal y única en cada país, tenga voluntariado de calidad y dispuesto a cumplir una misión noble, desinteresada y beneficio de las personas que lo necesitan”.- Annabella  (Folgar, 2012)