Día Mundial del Movimiento de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
El Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, marca la celebración de ciento cincuenta años de acción humanitaria y el sentido de compromiso permanente de las organizaciones de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja al servicio de las personas vulnerables en el mundo
contemporáneo sujeto a constante transformación.
Tadateru Konoé, presidente de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, y Peter Maurer, presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja.
La idea del establecimiento de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja surgió hace ciento cincuenta años; desde entonces, los elementos constantes han sido el sufrimiento que padecen millones de personas y los denodados esfuerzos que despliegan las organizaciones de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja para aliviarlo. Aquello que sí ha cambiado drásticamente es el entorno geopolítico, social y tecnológico en el que se emprende esas actividades. La capacidad de adaptación ha sido esencial para la supervivencia y para el desarrollo de las organizaciones que presidimos, así como para preservar la capacidad de estas para prestar servicios a las personas vulnerables, en la actualidad y en el futuro. Hoy, con motivo del Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, junto con 187 Sociedades Nacionales de todo el mundo, celebramos un siglo y medio de acción humanitaria conjunta. Miramos al futuro con esperanza. Consideramos a quienes prestamos servicios como una fuente de inspiración.
En los ciento cincuenta años que han transcurrido desde la fundación del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, las características de las crisis y de las guerras han evolucionado sin cesar. La acción humanitaria contemporánea enfrenta distintos retos, entre los que se cuentan el aumento de la cantidad de desastres naturales y emergencias sanitarias, el constante incumplimiento de las normas del derecho internacional humanitario, la inseguridad en el acceso a la atención de salud en numerosos países, y la dificultades que deben superar los agentes humanitarios para tener acceso a las personas que necesitan asistencia en determinados contextos. Por ejemplo, en países como Afganistán, Somalia, la República Democrática del Congo o Siria, millones de personas reciben insuficiente asistencia humanitaria debido a la inseguridad o a obstáculos políticos. La cantidad de desastres naturales ocurridos en los últimos cuarenta años ha
aumentado en cerca de un cuatrocientos por ciento.
Las organizaciones de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja se esfuerzan por lograr que todas las partes interesadas en el mundo comprendan que no toman partido y que el único afán que les anima es ayudar de forma imparcial a quienes sufren, independientemente de su nacionalidad, origen, opiniones o creencias. Se trata de un factor esencial para prestar ayuda a quienes lo necesitan, especialmente en situaciones de conflicto y en regiones aisladas del resto del mundo.
Siempre buscamos establecer asociaciones y enfoques innovadores ya sea mediante el empleo de nuevas tecnologías para mejorar la asistencia que se dispensa, o a través del recurso a las aptitudes de dirección de los jóvenes en los esfuerzos encaminados a ampliar los servicios o en la adaptación de las modalidades de trabajo para favorecer la adaptación al cambio climático. Así, por ejemplo, en el mundo existen seis mil millones de subscripciones a servicios de telefonía móvil celular. En numerosas Sociedades Nacionales, se ha desarrollado aplicaciones móviles relacionadas con la preparación para desastres, los primeros auxilios y la intervención en casos de emergencia, en un esfuerzo por adaptarse a la evolución de las preferencias de las personas para recibir información vital.
Las organizaciones de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja son eficientes en sus actividades humanitarias y la comunicación basada en la comunidad, gracias al sólido arraigo que mantienen en las comunidades locales. Millones de voluntarios y de profesionales trabajan en estrecha concertación con las personas que necesitan asistencia y se sitúan a la vanguardia de iniciativas encaminadas a favorecer cambios positivos en sus aldeas, pueblos y ciudades, en zonas urbanas y rurales. Los voluntarios y miembros del personal en el terreno son quienes más se han visto afectados por las adversidades. Entienden las necesidades locales y conocen las soluciones idóneas.
No cabe duda de que, si avanzan juntos, orientarán el programa humanitario internacional.
Hace un siglo y medio, un hombre llamado Henry Dunant escribió Recuerdo de Solferino. En esa obra, narra el modo en que logró congregar a habitantes de pueblos para socorrer a los soldados que yacían heridos en un campo de batalla en Italia, sin que importara el bando en el que luchaban. Ese gesto instintivo sentó las bases del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
A lo largo de este año, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y el Comité Internacional de la Cruz Roja conmemorarán la contribución singular e histórica que aporta el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja a la humanidad. Ambas organizaciones se comprometen, asimismo, a no cejar en su empeño de hacer escuchar la voz de millones de personas y prestar atención a sus necesidades humanitarias.
Trasladamos la enhorabuena a los miembros, al personal y a los asociados humanitarios de todo el mundo por haber contribuido a alcanzar este extraordinario hito de ciento cincuenta años de labor. Es y será un honor y un privilegio prestar servicios a su lado.