La Gestión Integral del Riesgo a los Desastres en Guatemala
La ocurrencia de desastres en el territorio guatemalteco está en aumento, debido a las grandes condiciones de vulnerabilidad y amenaza que se contraponen con pocas capacidades y recursos disponibles para hacer frente a las necesidades humanitarias de la población afectada. La participación de la sociedad es fundamental para crear redes de trabajo en conjunto y aumentar la coordinación para actuar ante los efectos que provocan los eventos adversos, también, el rol de las autoridades municipales y departamentales es relevante para asegurar que el desarrollo integral y sostenible esté enmarcado en la disminución de los riesgos que potencialmente pueden causar pérdidas de vidas humanas, materiales y medioambientales.
El enfoque de acciones en respuesta a emergencias y desastres que se suscitan en Guatemala requieren de la atención integral de las personas, cuya finalidad se centra en la protección de su vida y entorno; esta protección está fundamentada en atender las necesidades básicas de la vida, tales como, alimentación, abrigo, refugio, cuidados de salud, entre otros. Por otro lado, es igual de importante impulsar programas que permitan la recuperación paulatina de los entornos sociales y las condiciones de vida de las personas de una manera digna.
El enfoque del abordaje del riesgo debe estar enmarcada en la identificación de las causas que subyacen de las emergencias y desastres. El conocimiento de los fenómenos naturales y socio-organizativos, así como su interacción entre ambos, es una acción con la que se inicia el abordaje de la gestión integral de riesgos, cuya finalidad última es reducir o evitar que existan más pérdidas de vidas humanas, de daños materiales y medioambientales, así como generar desarrollo en los territorios. Para ello, la participación de la sociedad conjuntamente con sus autoridades es fundamental para construir la resiliencia a todo nivel y generar mejores entornos de vida.
En la historia reciente, el huracán Mitch, que ocurrio hace más de 20 años, las secuelas de los desastres se han contabilizado especialmente en cuanto a pérdidas de vidas humanas, daños a la salud, a la infraestructura y en el impacto social y económico del país.
Eventos catastróficos en Guatemala han requerido de la activa coordinación interinstitucional para unir esfuerzos tanto en la reducción de riesgos como en la preparación, respuesta y recuperación post desastre; Esto incluye la disposición de todos los recursos y capacidades que sean posibles, para la atención de las personas sobrevivientes y afectadas por sucesos que crean caos y crisis, cuyas necesidades se extienden durante semanas, meses en algunos casos años.
Conscientes de la diferencia teórica entre desastres y eventos considerados detonantes de las condiciones de riesgo, la historia reciente en Guatemala está relacionada con la ocurrencia de fenómenos denominados de tipo natural, otros antropogénicos y su interacción entre ambos, eventos socionaturales.
De esa cuenta, la gestión integral del riesgo es un concepto que está incluido en el desarrollo sostenible, para hacerlo real y pasar de la teoría a la práctica se requiere de procesos integrales a partir de la normativa de Estado, de la planificación y de la disposición de recursos con enfoques a largo plazo, que incluyan políticas públicas y la participación de la población en general.